Juan Terradillos Basoco - Arte y Crimen
Tirant lo Blanch, Valencia, 2020.
La relación arte-crimen ha sido siempre estrecha. Poco amigable en ocasiones, cuando la represión institucional golpea sobre la creación artística. Ya se sabe, la justicia, como la serpiente, solo muerde a los descalzos; y bohemios, cómicos, buhoneros, dibujantes o plumillas, son paradigma de vulnerabilidad. Por el contrario, en otras ocasiones, el arte se ha adentrado en el mundo oscuro del crimen, ya para exorcizar los demonios de lo recreado; ya para ocultar, bajo la piadosa pátina de la belleza, lo sórdido o abyecto, al igual que la pintura barroca recubre calaveras y esqueletos, pero también la carne pecaminosa, con recamados en oro; ya para constituirse en cómplice del hecho criminal, tan humano y tan real que, en su dramatismo, no puede resultar ajeno a nadie. Esta miscelánea pretende acercarse a ciertas cuestiones penales no desde la óptica jurídica, tan habitual en las Facultades de Derecho, sino desde la mirada penetrante y libre del artista. Pretende ver el prostíbulo con los ojos sabios de PICASSO o de TOULOUSE-LAUTREC; el proceso penal, en los versos irreverentes del condenado BAUDELAIRE; el suicidio, a través del postismo vitalista de ORY; el estupro y el aborto, con la pluma de PARDO BAZÁN, feminista avant la lettre; o la locura/inimputabilidad, en las quiméricas ensoñaciones de EL BOSCO.
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