Incremento del consumo de drogas a raíz de la pandemia provocada por la COVID-19 y, como consecuencia, un aumento del tráfico de estupefacientes.
AINHOA CORTÉS GARAY. Universidad de Cádiz, España.

La situación epidemiológica provocada por el coronavirus, entre otras muchas y diversas problemáticas, causó diversos daños en la salud mental. La COVID-19 produjo abundantes casos de ansiedad y depresión, recurriéndose, en consecuencia, al consumo de estupefacientes en cifras notablemente más altas a las percibidas años anteriores. Además, las situaciones de desempleo, pobreza y vulnerabilidad generadas no solo incitaron al consumo de sustancias estupefacientes, sino también a su cultivo y posterior tráfico. El difícil acceso a los puntos de venta durante el confinamiento incitó el tráfico de drogas por nuevas rutas, en este caso, a través de la Darknet. Según la agencia de noticias Europapress, los usuarios de la Dark Web, de forma general, aumentaron en España un 50% desde que se decretó el Estado de Alarma.
El objetivo de este trabajo es discutir sobre el impacto de la pandemia generada por la COVID-19 sobre la salud mental y la manera en que ciertos trastornos mentales o del estado de ánimo pudieron contribuir al consumo de drogas y, por ende, al incremento de la demanda durante el estado de alarma
Para alcanzar este objetivo se emplea una técnica de investigación documental recopilando datos de encuestas previamente realizadas e información a través de la lectura de documentos, revistas y libros.
De la revisión de los estudiosos puede concluirse que el consumo de estupefacientes tales como el cannabis, las metanfetaminas y las benzodiacepinas, entre otros, ha aumentado de forma considerable entorno a un 30%. Por otro lado, los datos derivados entorno a la salud mental reflejan que los cuadros de ansiedad y depresión se incrementaron en un 25% durante el Estado de Alarma. Sabiendo pues, que los problemas de salud mental son factores que incitan al consumo de drogas, podríamos esperar una correlación entre la pandemia causada por el coronavirus y el aumento del consumo de sustancias.